miércoles, marzo 28, 2012

Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

En mi colonia, la señora que es dueña de la tienda de abarrotes es una gran y admirable chismosa y sus opiniones las conocemos bien los vecinos. Sus opiniones con respecto a cualquier asunto siempre las hace saber. Es abiertamente panista, respetuosa del catolicismo y de la educación mexicana. También se esfuerza en reunir información cuando camina por las calles de alrededor saludando a los que se encuentra y los escruta, los revisa. Hace pocos días me dijo ‘¿a esta hora no has a puesto tu arroz a cocer?’ cuando fui a comprar un poco de esos granos por la tarde.
Tristemente, no es de ella de quien debo escribir, porque si se tratara de esta señora, seguro terminaría recordando algunos hechos agradables en mi vida, lo que provocaría desinterés de ustedes en leer esto. Escribo porque un medio de comunicación como el que merodea cerca de mi casa puede reprimir la información sin que su imagen se vea afectada, siempre será una chismosa; pero un periódico serio no tendría porqué restringir la información.
Me he enterado que un periódico de esta ciudad que, se ha negado recientemente a publicitar un anuncio meramente cultural. ¿Esta restricción a dónde nos lleva? Porque al ser el periódico más influyente de la región limita en gran medida la información.
Sé bien que no es factible imprimir todo porque ya es imposible leer todo lo que se imprime, pero ¿escuchar de la homofobia en estos tiempos? ¡¿y en medios de comunicación tan importantes?! Sostengo que para el desarrollo de una sociedad moderna no podemos aceptar esta clase de conductas. En el estado nos referimos a este periódico por antonomasia, como si no existiera otro. Difundir publicidad gay, al tener una influencia tan grande en la región, no arruinará la imagen del diario, la acrecentaría entre la población realmente sensata de la diversidad, la cual ha estado pululando en la ciudad.
 El diario no quiso publicar el cartel porque se anunciaba abiertamente como 'Teatro Gay'. Entonces, los organizadores, conociendo la influencia de este papel, procedieron a retirar estas dos palabras para que así pusiera ser difundido por el diario. Tampoco se podía difundir así, porque ahora el periódico ya sabía de qué se trataba. Si la violencia sólo crea más violencia, la intolerancia sólo crea más intolerancia. Y ahora los lectores pensarán que sólo quiero escandalizar y rebelarme contra una institución decente con años de trabajar en Yucatán.
 Entonces los lectores sólo deben conocer las puestas en escena que –dependiendo del periódico que compre- se hayan publicado ahí. Entonces los gays no deberían comprar el periódico homofóbico. Entonces a nadie que se le mire leyendo estos papeles se le podrá afirmar que es homosexual.
No me parece atrevido ni descabellado declarar lo anterior porque si yo fuera beisbolista y en alguna revista o canal de teve o radio no hablaran de béisbol con dificultad la compraría. Si usara maquillajes, seguro que no compraría los que fueron probados en animales, porque defiendo sus derechos. Si no publica temas de mi interés no lo adquiero; si no apoya mi causa o la perjudica, no lo apoyo.
¿Entonces los gays no deben tener teatro con temáticas más afines a su vida? Eso me parece sinceramente absurdo por lo que he decidido difundir el cartel que no se publicó en aquel diario y dar promoción a través de este blog a todas las siguientes manifestaciones artísticas de temática gay de las que tenga información.


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